Strasbourg y Obernai

Tras el día de descanso de ayer, volvemos a madrugar. La excursión de hoy es hacia el norte. Son unos 80 Km por autovía.

Lo más difícil al llegar a Estrasburgo es encontrar aparcamiento. No por la falta de él sino porque llevamos el arcón sobre el techo del coche y hemos de encontrar parkings habilitados. Lo intentamos en varios sin éxito y finalmente encontramos uno en pleno centro que acepta coches con altura de hasta 2,10 metros.



Es temprano. Son las nueve y media. Apenas hay turismo. Llegamos a un canal y lo bordeamos intentando encontrar la catedral. 

Strasburgo es la capital de la región del Bajo Rhin. Una ciudad hermosa, tranquila y muy cívica. En su corazón comercial encontramos la enorme plaza Kleber, dedicada al General Jean-Baptiste Kleber, nacido en la ciudad en 1753, en el centro de la cual se erige una estatua en su honor. Por su casco antiguo circulan varias líneas de tranvía. Continuamos por la Rue des Grandes Arcades en busca de la catedral. Pasamos junto a la Plaza Gutenberg y llegamos a una calle comercial que conduce directamente a la entrada al templo.


La Catedral de Notre Dame se eleva sobre el casco antiguo de la ciudad. Construida entre 1190 y 1439, es el edificio medieval más alto de Europa, con una altura de 142 metros. En una esquina de la plaza de la Catedral encontramos un edificio muy fotografiado. Se trata de la Maison Kammerzell, uno de los edificios medievales mejor conservados de viviendas civiles en la arquitectura del gótico tardío. Fue construido en 1427 y transformado en 1467 y en 1589 y el edificio, tal como lo vemos ahora, pertenece al Renacimiento alemán. Actualmente alberga un restaurante y junto a él, se encuentra la oficina de turismo.

Deambulamos por las calles colindantes y llegamos al canal que serpentea por el centro de la ciudad. Estuvimos a punto de subir en un barco turístico para disfrutar de un agradable paseo por sus apacibles aguas pero preferimos caminar y descubrir los rincones próximos al canal. Siguiendo el margen llegamos al barrio de la “Petit France”, con sus coloridas fachadas. Un rincón con gran encanto repleto de restaurantes, hoteles y tiendas de souvenirs. Desde allí llegamos a las torres y puentes peatonales llamados “Ponts-Couverts”, una de las atracciones turísticas más famosas de la ciudad. Consta de tres torres del siglo XIII. Estos restos fortificados antiguos deben su nombre a la serie de pasarelas de madera con techo. Tenemos mala suerte porque las están reformando y están cubiertas por una lona.


Es mediodía y damos por visto los edificios más representativos del centro de la ciudad. En la zona norte de Estrasburgo se encuentran los edificios más importantes de las Instituciones Europeas. El Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y el Palacio de los Derechos Humanos.

Obernai
Al sur de Estrasburgo, desviándonos ligeramente de la ruta a Colmar, llegamos a la villa medieval de Obernai. Un pequeño pueblo fortificado con un gran parking a su entrada.

Son las doce del mediodía. Hora de buscar restaurante para comer.  Menú típico: ensalada y chucrutte para mí y caracoles y estofado de buey para mi marido. Aquí el tiempo es impredecible y ahora empieza a chispear. Sacamos los chubasqueros y continuamos la visita. Es una villa pequeña así que la recorremos rápidamente parándonos en los edificios y monumentos de mayor interés como la Torre de la Capilla, llamada Kapellturm, su muralla, su pozo renacentista, así como sus casas antiguas. Obernai parece un pueblo muy turístico y más un día como hoy, que se celebra la feria del vino.

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